La perspectiva de género, P. del S. 484





ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO



17ma.   Asamblea
                                                                                              
1ra. Sesión  Legislativa  Ordinaria



SENADO DE PUERTO RICO

P. del S. 484

21
de marzo de 2013

Presentado por la señora
González López

Referido
a la Comisión de Educación, Formación y Desarrollo del Individuo


LEY


Para enmendar la enmendar el inciso (bb) del Artículo 6.03 de la Ley número 149-1999,
según enmendada, conocida como la “Ley Orgánica del Departamento de Educación”,
para garantizar y monitorear la obligación y el pleno cumplimiento que comparten
el Departamento de Educación y la Procuradoría de la Mujer de producir un
informe a la Asamblea Legislativa dentro del término de un año a partir de la
aprobación de esta Ley, e imponer al Secretario de Educación y a la Procuradora
de la Mujer la obligación de mantener informado a este cuerpo sometiendo
informes trimestrales sobre el cumplimento continuo para la creación e
implantación de un currículo de género.



EXPOSICIÓN DE MOTIVOS


 

 
A la búsqueda por la igualdad de oportunidades se suman retos urgentes que
conciernen tanto al Departamento de Educación como a la Procuradoría de la
Mujer, como son la violencia en la escuela desde una perspectiva de género, la
inclusión de los saberes de las mujeres en el currículo escolar, la educación de
las relaciones desde el respeto y la igualdad, la convivencia de la diversidad
cultural desde el respeto a los derechos humanos y la incorporación de prácticas
positivas que ayuden a educar sin estereotipos y en libertad, de forma que
alumnos y alumnas se eduquen desarrollándose conforme a sus intereses y
potencialidades.

Es un deber de esta Asamblea Legislativa, como forjadora de política pública,
garantizar la formación plena y adecuada de nuestros niños y niñas desde las
etapas más elementales del  sistema de instrucción pública.  La inclusión de una
perspectiva de género en la educación es una iniciativa del Estado cuya
aspiración trasciende a las aulas, teniendo como expectativa influenciar
positivamente el desarrollo de los principios de igualdad, equidad y no
violencia en la educación y formación de los y las menores en sus hogares.
 
Las pasadas administraciones de gobierno del País han tolerado, en mayor o menor
medida, que nuestro sistema de educación encierre un currículo oculto de
género
Definimos el  currículo oculto de género como el conjunto interiorizado y no visible,
oculto para el nivel consciente, de construcciones de pensamiento, valoraciones,
significados y creencias que estructuran, construyen y determinan las relaciones
y las prácticas sociales de y entre hombres y mujeres.  Omnipresente en la
cultura, forma parte de las instituciones sociales y de cada miembro de la
sociedad. Está dentro y fuera de la persona y de las instituciones.


Sabemos que el currículo educativo es una herramienta escolar visible, palpable,
conocida por los alumnos y las alumnas así como por el personal docente. Si
currículo se define como "el conjunto de estudios y prácticas destinadas a que
los alumnos y las alumnas desarrollen plenamente sus posibilidades", estamos
creando una política pública para que los y las aprendices de la vida se
inserten en descubrir y participar en un plan de estudios cuyas normas,
evaluaciones y expresiones reflejen y consideren cada vida, cada elemento
presente en una sociedad caracterizada por la diversidad y por ello necesitada
de normativas que promuevan la justicia, el respeto y la equidad.

 

Es interesante y confronta darnos cuenta cómo el currículo oculto de género
contiene y define las condiciones culturales de posibilidad para el desarrollo
personal al determinar los roles sexuales, las tareas y las expectativas
personales y sociales implicadas en cada rol, así como las diferentes medidas de
éxito o de fracaso que cada tarea social conlleva.

La perspectiva de género establece estructuras lógicas con las que se ordenan e
interpretan los conocimientos y los requisitos que los instituyen, así como las
valoraciones de las relaciones sociales que de él se desprenden. Podemos
observar los juegos infantiles desde la perspectiva de los aprendizajes
necesarios para los niños y las niñas sobre cómo desempeñarse en la vida como
hombres o mujeres.

 

Podemos afirmar que parte del futuro vocacional y profesional diferente para
los niños y para las niñas se delinea en los juegos infantiles, que tienen diferentes
exigencias (cognoscitivas, afectivas, corporales y emocionales) relacionadas con
lo establecido para cada sexo y que, sin decirlo claramente, contienen diferente
preparación en valores, prácticas sociales y habilidades. Tanto socialmente como
en el interior de las estructuras de educación formal, al niño se le permite ser
más audaz, aventurero, se le fomenta la capacidad para correr riesgos y la
libertad que esto implica, y así, en su futuro podemos encontrar licenciaturas
encaminadas al desarrollo del pensamiento científico, o al éxito empresarial.
Aún aquellos niños que no pueden acceder a los estudios universitarios tienen en
su imaginario el éxito público y la posibilidad de responder a las exigencias
que éste conlleva, mientras que los juegos aceptados y fomentados entre las
niñas las acercan a las profesiones definidas para las mujeres (enfermería,
maestra, psicología) que tienen más relación con los valores dedicados al
cuidado de las y los demás.



Encontramos también diferentes expectativas relacionadas con el éxito profesional
 en términos de sueldo, de tiempos destinados al trabajo (alegadamente "es verdad
que las mujeres pueden dedicarle menos tiempo al trabajo puesto que tienen que
dedicarse al cuidado de la familia") o de posibilidades de escalar puestos
dentro de empresas, industrias y aun dentro del ámbito escolar o
universitario.

No podemos negar, por más trillado que sea, la influencia de la educación en el
hogar y en la escuela en la generación de estas expectativas; si revisamos con
mirada crítica no sólo los juegos sino también los juguetes que se les compra a
los niños y a las niñas podemos darnos cuenta de cómo se van encaminando las
expectativas y las exigencias de realización personal respecto al propio futuro.
Porque esta carga de exigencias es igual, aunque diferente, para cada uno de los
sexos.  Así, a través de la reproducción de significados y distinciones que
señalan lo que es "normalmente natural" en los hombres y en las mujeres, podemos
decir que el currículo oculto de género delimita lo visible y lo invisible en la
cultura y en la sociedad al organizar la lógica interna con la que pueden ser
interpretadas y pensadas las personas, los hechos y las relaciones sociales así
como los mitos y las ilusiones que ofrecen sentido.



Por otro lado, la Carta Circular número 10 2012-2013 del 22 de febrero de 2013 de
Departamento de Educación, establece que “[c]ada programa académico se asegurará
del desarrollo de los temas transversales y el fortalecimiento de los valores
universales como parte de la transformación curricular  que se percibe.”  Unos
de los llamados temas transversales de mayor relieve es, precisamente, la
perspectiva de género.



Mediante esta Ley se enmienda la Ley número 149-1999 según enmendada
“Ley Orgánica del Departamento de Educación”, para garantizar y monitorear
la obligación y el pleno cumplimiento que comparten el Departamento de Educación
y la Oficina de la Procuradora de las Mujeres en adoptar la perspectiva de género
y la prevención de la violencia en el currículo de enseñanza.  Este mandato fue
producto de la Ley 108-2006, la cual enmendó el Artículo 6.03 de la citada
Ley Orgánica del Departamento de Educación a tales fines.  Surge de la exposición
de motivos de la citada Ley 108 que se pretendía proveer para la creación de
un currículo que desarrollara la equidad de género y la prevención contra la
violencia doméstica en el sistema de enseñanza de nuestros niños y niñas. 
 No obstante, en la misma exposición sólo expone detalles pertinentes a la
 violencia de género y violencia doméstica, sin que logre abarcar los linderos
más extensos y profundos de lo que implica la implantación de un currículo que
promueva la equidad de género.
 Además, la enmienda que la Ley 108 estableció ha demostrado ser insuficiente
para la consecución del espíritu legislativo que nos motiva.  Las enmiendas
propuestas en la presente Ley pretenden garantizar el cumplimiento de la
política pública recogida y ya adoptada para la inclusión y la perspectiva de
género en los currículos de enseñanza.



DECRÉTASE
POR LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE PUERTO RICO:




Sección
1.-Se añade un nuevo inciso (bb) al Artículo 6.03 de la Ley 149 de 15 de julio
de 1999, según enmendada, para que se lea como sigue:

"Artículo
6.03.- Facultades y obligaciones del Secretario en el ámbito académico.

     En su función de Director Académico del Sistema de Educación Pública de Puerto
Rico, el Secretario:

(a)
    ...


(bb)
Establecerá, en coordinación con la Oficina de la Procuradora de las Mujeres, un
currículo de enseñanza dirigido a promover la equidad por género y la prevención
de violencia doméstica.  Además, tendrá la obligación de implantar este
currículo a través de los ofrecimientos académicos regulares, o integrándolo a
los programas académicos y otras modalidades educativas.
Dentro
del término de un año a partir de que esta Ley entre en vigor, el Departamento
de Educación y la Procuradora de la Mujer proveerán un informe a la Asamblea
Legislativa para presentar la implantación de la política pública sobre equidad
de género y prevención de violencia doméstica
; y

deberán proveer informes trimestrales en torno a los avances realizados para la
adaptación del currículo a tenor con los requisitos aquí
establecidos
."

Sección
2.-Vigencia.

Esta Ley comenzará a regir inmediatamente después de su aprobación.

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